El amianto un asesino oculto
El amianto un asesino oculto
El amianto lleva con nosotros desde hace siglos. Según parece, Alejandro Magno ya conocía su existencia. Se cuenta que poseía una tela confeccionada de amianto con la que impresionaba a cuantos quisieron negociar con él arrojándola al fuego sin conseguir que ardiese.
Es esta, precisamente, una de las propiedades que lo convierten en un mineral prácticamente indestructible, cuyo residuo no es reutilizable y que únicamente puede ser enterrado en vertederos autorizados para lograr hacerlo desaparecer.
Este “hidden killer” (asesino oculto, como lo denominan los anglosajones) sigue causando numerosas muertes en el mundo. En países como Reino Unido se calcula que, aproximadamente, 4000 personas mueren al año a consecuencia de sus efectos adversos sobre la salud. Y, desafortunadamente, continúa conviviendo con nosotros formando parte de numerosos materiales de uso cotidiano.
El Real Decreto 396/2006, de 31 de marzo, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud aplicables a los trabajos con riesgo de exposición al el amianto, deroga la mayor parte de la legislación referida a el amianto anterior a su entrada en vigor. También señala los pasos que deberá cumplir cualquier empresa que quiera realizar trabajos con riesgo de manipulación de amianto.
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